La muela del juicio, también denominado cordal, es el tercer molar de la corona dental y nace aproximadamente entre los 16 y los 20 años a pesar de que puede aparecer antes o no aparecer nunca.
A lo largo de la evolución, el hueso de la mandíbula y el maxilar superior se han ido reduciendo, provocando paulatinamente la reducción del número de dientes de la misma. Debido a esto, en muchos casos no hay espacio suficiente para el desarrollo adecuado de este cordal.
Cuando esto pasa, el nacimiento y crecimiento de la muela del juicio en un espacio inferior del que requiere provoca diferentes síntomas o patologías asociadas como:
- dolor agudo o inflamación debido al crecimiento en un espacio inferior del necesario;
- infecciones o caries debido a una higiene deficiente,
- deformaciones o desplazamientos de la corona dental y
- malposición de las piezas dentales.
- Los casos más graves pero no tan habituales son la generación de un quiste que puede llegar a generar un tumor.
Cirugía de la muela del juicio
En la mayoría de casos, la solución de estos problemas es la extracción de la pieza y el quiste asociado. Este procedimiento no está libre de complicaciones y la persona más cualificada para llevarlo a cabo es el cirujano maxilofacial, porque es el profesional capaz de resolver in situ los problemas que puedan ocurrir. La extracción puede realizarse a edades tempranas para evitar los síntomas cuando se certifica que podrán dar problemas.