Las infecciones orales son generalmente originadas en el diente o al tejido que la rodea debido a caries, gingivitis, entre otros. Pueden ser bacterianas, micóticas (por hongos) o víricas y pueden llegar a diseminarse en el organismo mediante la sangre, los nervios o por contacto directo.
Las infecciones severas en la región maxilofacial pueden incluso provocar situaciones que pongan en peligro la vida si no las tratamos de forma rápida y efectiva. Entre los síntomas de las infecciones de la boca figuran el dolor, la inflamación y el trismo.
Causas y síntomas
Las principales causas de infecciones orales son:
- Las caries
- La gingivitis
- Defensas bajas o un funcionamiento anormal del sistema inmunológico.
- El uso de antibióticos a largo plazo
- Una úlcera, entre otros.
Los principales síntomas que pueden alertar de la existencia de una infección oral son la misma gingivitis (dolor en la encía) y la hinchazón de las glándulas del cuello. También puede alertar la aparición de pus, inflamación de la cara o dificultad para abrir, tragar o respirar. Los más graves pueden generar también fiebre.
El tratamiento de la infección depende de su gravedad. Los cuadros leves pueden ser tratados de forma ambulatoria con antibióticos y el tratamiento del diente causal.
Los cuadros más graves requieren ingreso hospitalario, extracción del diente implicado y drenajes intraorales de cervicales.