La edad afecta no sólo a las arrugas sino al contorno y formas de la cara, que se pierden cuando la piel y los músculos que las cubren pierden fuerza y elasticidad y se desplazan hacia abajo debido a la gravedad.
Cualquier cambio en el rostro es muy importante para nuestra imagen estética. La liposucción es una técnica conocida en la hora de eliminar excesos de grasa o grasa de nuestro cuerpo pero que se asocia poco con la cara.
El cirujano utiliza pequeñas cánulas de unos dos milímetros de diámetro para extraer la grasa sobrante. Las cánulas penetran dentro de la piel mediante pequeñas incisiones que se realizan en la parte posterior de la oreja y debajo del mentón para evitar que sean visibles.
Es importante asegurarse antes de optar por una liposucción que el problema estético recae en un exceso de grasa en la cara y no en una menor elasticidad de la piel y los músculos de la cara donde la solución más óptima sería un lifting facial. Asimismo, se recomienda que la piel sea elástica porque una vez eliminado el exceso de grasa se adapte a la nueva forma y estructura de la cara rápidamente. Su cirujano maxilofacial puede asesorarle sobre las causas y opciones de las que dispone para solucionar su problema.
Después de la cirugía se puede notar ligeros efectos puntuales debido a la intervención como pequeños hematomas, hinchazón o molestias. La duración de estos efectos es breve y completamente normal.
Todas las mejoras estéticas pueden mejorar la confianza en uno mismo y la satisfacción personal si han llegado a convertirse en un problema de autoestima. Sin embargo, cualquier cirugía conlleva un riesgo de sangrados, infecciones o reacciones a la anestesia. Consulte su cirujano antes de tomar cualquier decisión: le asesorará y le indicará las opciones de las que dispone.